
Eres mi debilidad pero ya basta
Él se divertía con la situación, le ilusionaba, le servía de escapatoria en su rutina o para inflar su ego porque se decía a sí mismo «La tengo loquita por mí…». A algunos les va ese rollo. Y tú sabes lo que cuesta, lo que se sufre, lo que se llora pero al final te alejas porque tú te quieres más.
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