Llega la navidad y no hay término medio: o te encanta o la odias. Te guste o no, pon la mejor de tus sonrisas y prepárate para disfrutar con la familia –entiéndase la gente a la que quieres, te unan lazos de sangre o no– de unos días de vacaciones, comilonas y regalos. Para mí, regalar siempre es bonito, porque piensas en la gente a la que quieres y tratas de hacerla feliz.

Asume que sí o sí vas a gastar, y sólo necesitas un poco de organización para no llegar, en ningún caso, a números rojos. Rojo navidad, por supuesto. Haz acopio de toda tu fuerza de voluntad para no saltarte el presupuesto y, si ves que no vas a poder resistirte, deja una cantidad para extras. ¿Preparados para crear tu Plan-para-regalar-sin-naufragar? ¡Pues venga!

¿A quién quiero regalar esta navidad?
Coge lápiz y papel, a la antigua usanza. Aunque te parezca que lo tienes claro, que son los de siempre, escribe sus nombres en un papel. Incluye también el detalle para tu compi de trabajo, los caramelos para el niño de la vecina, el amigo invisible del gimnasio… ¡Todo suma! Una vez tengas todos los nombres escritos, pasa al siguiente paso: el presupuesto.

Josh Russell

Respeta el presupuesto que te marques
Sé realista: no puedes comprar tooooodo lo que te apetezca. Sí, seguro que tu familia es estupenda y se merece lo mejor, que tus amigos son maravillosos y quieres impresionarles… Pero, ten en cuenta que, aunque todos seamos maravillosos, tenemos recursos limitados. Coge la lista que acabas de hacer y pon, primero, las cantidades fijas que ya tengas claras: si el amigo invisible tiene tope, lo apuntas; si ya sabes qué libro le comprarás a tu cuñado, pues buscas cuánto vale y lo apuntas también. Para el resto, tienes dos caminos:

1) pon un precio medio por regalo y suma, a ver cuánto te da el total. ¿Puedes gastarte ese dinero? Sí, pues adelante, ya puedes ir al siguiente epígrafe. Si tu respuesta es que esa cantidad se sale de lo previsto, ve a la opción b.

2) piensa cuánto dinero te puedes gastar y divide esa cantidad entre el número de personas a quienes quieres regalar. Ésa cantidad fijará el precio máximo por regalo. Por ejemplo, si tengo 100 euros de presupuesto y 10 personas a las que regalar, pues puedo gastar 10 euros por regalo. A partir de aquí, encaje de bolillos: si en uno gasto sólo 8 euros, pues me puedo estirar con otro regalo hasta los 12 euros sin salirme del presupuesto. Y así, con todos los demás.

Amor y tiempo, alternativa al dinero
Ahora que están tan de moda las manualidades y los cursos de cocina, ¿por qué no regalarlos? Los regalos artesanos pueden ayudarte a estirar un poco más el presupuesto y recuperar alguna que otra tradición porque estoy segura de que todos los que tenemos cierta edad, en alguna época, hemos recibido regalos hechos a mano. Una bufanda o unos guantes, un gorro, mermeladas de tomate o de ciruela, los famosos cupcakes –las magdalenas de toda la vida, vamos–, galletas decoradas, un cuadro pintado, una acuarela… Seguro que hay algo que sabes hacer.

El envoltorio también es parte del regalo
¡Cúrratelo! A todos nos gusta recibir un paquete bonito, con una presentación que sea original y cuidada. Elige un papel de envolver que te guste o haz un collage con papeles de periódico; cierra el paquete con atados de lana o de rafia, piedrecitas y hojas decoradas… Además de ser un buen regalo, goloso y bonito, transmite mucho más: todo el cariño y el tiempo que has dedicado a pensar en esa persona, en crear algo que pudiera gustarle y hacerlo. Como decía un anuncio de hace tiempo, eso «no tiene precio».

Bueno, y ahora os toca contar a vosotros, ¿qué pensáis regalar esta navidad?