
el discurso
El móvil en silencio en el bolsillo de la chaqueta y el nudo de la corbata amarilla, perfecto. Las notas a ordenador, aunque corregidas con boli, en la mano izquierda y la derecha la pasa por los finos cabellos que aún tapan su cabeza. Cesan los aplausos, sonríe y respira hondo. Se oye un hilo de voz a través del micro, un carraspeo y repite:
-Muchas gracias.
Pd: Me hubiera gustado estar presente.